La temporada de huracanes del Atlántico es del 1 de junio al 30 de noviembre
La temporada de huracanes en el Atlántico comienza oficialmente el 1 de junio. Pero durante los últimos cinco años, se han estado formando tormentas importantes antes de esto.
Es por esto que algunos científicos han propuesto a la OMM (Organización Meteorológica Mundial) adelantar la temporada al 15 de mayo, aún se tienen ideas no unificadas a que se debe este adelantamiento de los eventos.
Este fue uno de los temas más importantes tocados en la reunión de ciclones tropicales de OMM que se desarrolló la semana pasada en Ginebra, Suiza. Recordemos que la temporada de huracanes de 2020 fue una de las más desafiantes en los 40 años y afectó particularmente a Centroamérica con sistemas tanto al inicio de la temporada (Amanda, Cristóbal), y al final de la misma con ETA e IOTA.
En los últimos años la NOAA, Agencia de Estados Unidos que monitorea los huracanes en la región tropical de América, ha indicado que desde hace 15 años se ha incrementado la cantidad de tormentas que se nombran antes del inicio oficial de la temporada. Los expertos no tienen una razón concluyente al respecto.
¿ Esto es culpa del cambio climático ?
La cantidad de tormentas con nombre ha aumentado a lo largo de las décadas, pero no hay evidencia real de que esto sea el resultado de un mundo en calentamiento global.
También es probable que el aumento general se deba a una mejor tecnología, junto con las observaciones sobre el Océano Atlántico. O sea ahora hay mejor tecnología, para monitorearlos, observarlos y analizarlos. Esto contrastado con el historial de más de 100 años cuando no se tenía estos recursos evidentemente redunda en más sistemas porque se logran detectar.
Dado que los satélites aparecieron en la década de 1980, podemos detectar y monitorear el desarrollo de ciclones tropicales y nombrarlos cuando alcancen el umbral, además se envían aviones de reconocimiento directamente a los sistemas en gestación y logran hacer mediciones y no suposiciones.
Sin embargo, se cree que el cambio climático está teniendo un impacto en la intensidad de las tormentas tropicales y huracanes y, por lo tanto, en sus posibles impactos.
Los expertos han señalado que, en los últimos años, las tormentas tropicales que tocan tierra están persistiendo durante mucho más tiempo y causando más daños que en el pasado.
En un mundo que se calienta, la atmósfera puede contener más agua y, por lo tanto, tiene la capacidad de provocar lluvias más extremas. Con el aumento del nivel del mar, las tormentas también traerán más inundaciones a las áreas bajas.